Entre marzo y julio de 2011 realicé un viaje, dibujando por países de la costa norte el norte mediterránea. Desde entonces, cada vez que traigo noticias de Nuestro Mar, me acerco de nuevo aquí, a contaros lo que he visto y dibujado Desde la Bañera



lunes, 30 de mayo de 2011

Estambul, entre amigos

Lapin dibujandome, con la torre Galata al fondo.

Gente escuchando musica en vivo en Taksin

Lapin retrata a un famoso actor turco, que posa con gesto dramatico.

Estambul desde el hotel Seret mientras desayunamos.

Berengenas secas y calle de Taksin con bares y restaurantes en los pisos. Vista desde uno de ellos.

Zaza y Lapin dibujan tras comer el famoso bocadillo de caballa junto al puente Galata.

Zaza y Lapin siguen dibujando mientra otros comen.

Zapatero y colega.

Bazar de las especias.

Fieles labandose en el patio de la mezquita Yeni.

Vendedor de comida para palomas junto al bazar.

Estambul desde cerca de la estacion de tren.

Apuntede Agia Sofia con dos personas que muestran la escala humana, ampliadas en el globo amarillo.
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Restos arqueologicos en Agia Sofia.

Duo tocando otro dia, en el mismo bar de antes.

Apuntes en el Gran Bazar a la hora del cierre.

Mezquita cerca de puente Galata.


Clientes en un cafe tradicional de Galata.

























Aterrizar en Estambul al atardecer y con el cielo despejado es una experiencia digna del Guinness. Imaginaos el sol como un tomate enorme, reflejandose en el mar de Marmara y al fondo las siluetas malva de las mezquitas. Alguien tiene que inventar el speedbrush, lo mismo que se invento en su dia el Rapidograf. Porque ademas, las fotos, sin duda increibles, que saque a escondidas en el avion, las volque en el portatil y el taxista que me lo robo, las habra tirado para tener el HD despejado y como nuevo. Hay que contar con esas cosas.
En Estambul estaban Zaza y Lapin. Lapin no paro de dibujar. Su cuaderno era una tonadilla inagotable y siempre variada que regalaba melodias graficas y llenaba el aire de inocencia y, aunque su paleta es tenue, de colores cantarines. Sedujo a actores, musicos, militares y paisanos, clerigos, comerciantes y estudiantes. Igual que el flautista de Amelin, pero sin trampa.
Zaza, con esos dibujos a linea que remata siempre tan bien con fondos degradados de colores vivos y sus tentadoras fotos Food Porn, no habia plato que se resisitiera ni a su camara ni anuestro apetito, porque Zaza se conoce muy bien los sitios y por un poco de calderilla comiamos como sultanes.
En Estambul la gente tiene buen humor, sonrien a la vida. Y el tiempo se va sin querer, ni el hammam probamos. Pero al comprar, no os fieis de la primera cifra, aunque el sitio parezca serio. La agencia Marco Polo me cargo una comisionn de mas del 30 % por el billete de bus a Salonica. Viaje desgraciado que acabo  ademas del portatil, con la libreta portahojas, la ferula bucal, el cargador de la camara y unos montecristos recien comprados en la frontera de Grecia, justo antes de pasar el rio Evros. Bonita coincidencia con nuestro Ebro, precisamente en el limite de Europa y de mi viaje. Aunque de este Evros haya salido rebotado y se me ocurra pensar que Estambul fue esa especie de goma elastica que te mantiene en un suspenso placentero antes del rebote. Uno siempre busca dar sentido a las casualidades.
Hubo mas cosas bonitas en Estambul y tambien en Salonica y monte Athos. Os lo cuento en proximos capitulos.

lunes, 23 de mayo de 2011

Y ahora sin red!

Ayer olvide en un taxi de Salonica mi portatil y parte del material de dibujo. La policia no me da esperanzas. Acabo de publicar la entrada Atenas con todas las dificultades del mundo y a falta se alguna imagen. Maniana marcho a Monte Athos que debe ser maravilloso.
Volvere a fotografiar y no se si podre retocar las imagenes de Estambul para la proxima entrada. Sin portatil y entre monasterios asceticos, quiza tarde un poco mas de la cuenta en volver a publicar.
Hoy, el agua de la baniera estaba un poco fria...

Atenas clásica

Paisanos charlando en esquina de calle Ermou.

Acropolis desde la magnifica terraza del hostal Pella-Inn.

Acropolis desde el Agora.

Templo de Apolo en el Agora.




Estatuas del Museo del Agora.

Comiendo en Plaka.

Vista desde la Acropolis.

Vista desde la Acropolis

Fronton trasero del Partenon. Figuras que habia dibujado en Roma.
Me fui de Atenas con la Impresión de que hay dos ciudades igual que hay dos historias. Y que muchos visitantes solo buscamos la clásica (perdonad la ortografia, uso un ordenador griego). Tambien supe algunas pequeñas cosas que me emocionaron. Que siguen llamando Heladá a su país que greco significó advenedizo. Me lo contó Sofia en español, su segunda lengua, en el breve rato que charlamos de aquí y de allá.
El Museo del Agora tiene unas hermosas estatuas, aún sin desgastar por el carboncillo. Las dibujé de una vez. Todavía me sorprende lo fáciles que me resultaron.
En el Templo de Apolo me defendí, pero el Partenón me pudo. No supe interpretar esa perfección en un apunte rápido y me distraje abordando una figura que ya había dibujado en Roma. Estudiándola meticulosamente era el pequeño rastreador que hace honores a su Licencia por Estudios. El momento de gloria acabó allí, porque ya en el Museo de la Acrópolis rechazaron mis credenciales. No me había pasado antes, ni en Italia ni en Francia. Y es impensable en Coopenague  o en Oslo. Pero aquí pesa la burocracia. El burócrata teme más al poder que al ridículo.
Es una tontería, pero vi a los griegos como sus escudos de antes. Circulares, es decir, suaves y rotundos.
Un rato de charla con Liz antes de cojer en avión me dio la visión complementaria del extranjero que vive aquí.
En Estambul estaban Zaza y Lapin.
Estambul. Amigos. Dibujos.
;)

lunes, 16 de mayo de 2011

Rodas y Santorini



Barquitos en el vuelo Roma Rodas.


Puerto de Rodas

Calle solitaria en Rodas.
Kostas.

Tatyana. Más seria de lo que es. Que te miren, intimida un poco.

Calle turística en Rodas.

5 minutes sketch en Lindos (Rodas).

Santorini. Jee Ae y Seung-Yeon.

Santorini. Red Beach.1.

Red Beach.2 (Inacabada por el viento).

Santorini. Esperando la puesta de sol en Oia.

Cenando con los amigos coreanos en el restaurante Santorini. Oia.

Oia. Camarero del restaurante Santorini, con perfil helénico.
Santorini. N. Cameni (cráter nuevo) desde Fira.

Santorini. Cráter de N. cameni desde Imerovigli.

Santorini. Iglesia en Imerovigli, deslumbrando a pleno sol.

Hombre faenando en Imerovigli, con el mar al fondo.

Santorini. Exo-Gonia

Santorini. Iglesia cerca de Exo-Gonia (las hay por todas partes, a cientos).

 Iglesia cerca de Exo-Gonia, detalle.

Exo-Gonia. Madre (pensativa) e hija conversando.

Santorini. Iglesia en Pyrgos.

Pyrgos desde la cima.

Paisanos tomando ouzo en Pyrgos.

Restaurante en Red Beach.


Red Beach. Iglesia como de tiza, sobre fondo de rocas volcánicas.

 Ladera del cráter-Santorini desde Fira.

Santorini. Abuela del hotel Leta, en Fira.

Santorini. Puerto Athinios, esperando al ferry para Atenas.

Los barquitos desde el aire, son siempre acogedores, como una casa en el monte con la chimenea humeante.
La parte antigua de Rodas es una preciosa reliquia medieval amurallada, embutida por completo en el turismo. Estos sitios tienen esos contrastes. Duermes en el albergue por diez euros y desayunas en el puerto por otros diez.
Mientras esperaba a Kostas y Tatyana para tomar algo y charlar, busqué algún rincón solitario. No me apetecía dibujar el turisteo. Y después de la cita pensé que se puede dibujar una calle turística sin turistas y sin faltar a la verdad.
Kostas es un chef inquieto, de esos que se interesan a fondo por las cosas, que tienen una continua necesidad de perfeccionar. Y con mucho mundo, profesional y humano. Tatyana me pareció menos consciente de su talento, pero es joven. Ambos son amantes de la pintura, pintores amateurs, como se definen. Me aconsejaron Lindos y fui.
Lindos, fácil de recordar, más que lindo. Lo era, pero las cuatro horas disponibles antes de regresar para coger el ferry se me fueron buscando las gafas que perdí en el primer cuarto de hora entre las rocas. Suerte. Me llevé un apunte de cinco minutos que hice mientras recuperaba el aliento.
En el puerto de Santorini puedes negociar el alojamiento, aunque sean las dos de la mañana. Y además te suben ellos (uff, a esas horas, me veía durmiendo al raso). Me uní en la empresa a unos animados coreanos con los que compartí habitación y programa durante dos días más, hasta que se fueron. Los compañeros que haces por el camino son el mejor equipaje. Yo ya no salí hasta embarcarme para Atenas.

Santorini es la postal alive más bella que te puedas imaginar. Pero la escena más conocida, la que da al cráter, de puro bonita llega a resultar empalagosa. Por suerte, aún quedan pueblos como Exo Gonia, rudos pero con gente de buen gusto, como el joven cocinero del restaurante Metaxi Mas. Y otros como Pyrgos, con ese encanto viejo-antiguo que siempre esperas en Grecia. Y abuelas como la del Hotel Leta de Fira, que recomiendo.